Como el mar que ha de llegar a la orilla, que ha de llegar a más mar, que ha de llegar a otra orilla, que ha de salir a un nuevo mar que ha de caerse del mundo.

Como el final que es después del principio, pero que solo ha de poder llegar si se pasa previamente por el nudo. No hay finales sin principios, no hay nudos sin principios y -sobre todo- no hay principios sin principios.

Como vos. Principio y final. Nudo imposible de desatar.

Como el héroe que atraviesa las páginas de aquella épica novela. Como el fiel se limita a dejarse guiar por aquello que (des)conoce como destino. Como el artista que no hace más que seguir su instinto (al que ha de llamar "su inspiración").

Como el adicto que tan solo responde a sus necesidades. Como el moribundo que se niega a morir. Como el bebe que se niega a nacer.

Como yo que en la huida segura, como yo me tropiezo inexorablemente con la magnífica redondez de tu pecho izquierdo.