Eterno resplandor de una mente sin recuerdos

Estimado Toro:

No es sólo por estar muy atareado, que de hecho lo estoy, que respondo con tanto retraso. No es de inocente, ni de guacho hijo de un vagón repleto de putas. Pero lo que necesitabas era tiempo.
Tiempo, pero tiempo no enjaulado, cual osías el osito en mameluco. Liberarte de esas viejas ataduras que no dolían, pero te mantenían ocupado.

Pecabas de soberbio al tentarme con perdones. Me absolviste de un crimen que no cometí, aunque una fiesta con Diegote (bypasseado gastricamente ytodo, no es poca tentación. Pero aún así, no me ofendiste con eso. Tu desesperación era visible, y tu invisible orgullo yacía moribundo. No podías encontrarme, pero me buscabas. Querías desterrarme y sin embargo me añorabas. No te culpo por las nubes, ni las dudas insurrectas, mas deseaba escribirte cuando tuvieses certezas. El trato era maltrato, sino me dejabas ayudarte.

No creas que no me gustaban tus ofrendas, de muñecos y figuras. Pero no se trataba de sobornos y actos de sacrificio, tan solo que comprendieras que esos ya me pertenecían, y yo te pertenecía a vos.
Sujeto a tus necesidades, atado a tus oscilaciones, listo para ser llamado cuando el dolor se hiciera tolerable. El color de unos ojos que yo no me robaba, pero mantenía lejos donde no pudieran encandilarte. Y a cambio te llenaba con sonrisas de goles y juegos.

Y quedate piola gurrumín insolente, no me llevé las camisolas, ni los aniñados primeros pasos. No hizo falta que te aceptara nada a cambio de eso. Eso que siempre será tuyo, mío, nuestro. Somos uno, vos y yo. O mejor dicho, vos sos uno, y yo parte de ese. Indivisible parte, aunque a veces juegue roles que no me pertenecen. Me otorgaste atributos que no me correspodían, y así enfocaste tus penas en un blanco lejano. Eso fue una decisión coherente, y me alegre con tu llanto.

Tu gataflorismo era la consecuencia, no la causa. No estabas llenando lugares nuevos, descubriendo rincones que no habías sabido ver. Lo que antes llenaba tu capacidad, ahora era un pequeño dolor en un costado del pecho. No era un pedito atravesado, no era resaca de cerveza. Y ahí estaba yo cuidando cada recuerdo, ubicando en su sitio a cada memoria. Y funcionó a la perfección loco lindo!, si hasta pudiste llenarte de nuevo, no creas que no te estoy vigilando!

Al futuro no le temas, con sus indescifrabes paradojas, con todas las incertidumbres y su aspeto raro, no es más que aquello que hoy estás fabricando. Por eso no lo mires venir, que sabe llegar solo. Pero dedicá cada segundo de tu tiempo en venir al bar, al Presente, porque acá se juega en serio. Voy a estar para cuando necesites hechar mano de las experiencias, de una lágrima o sonrisa prestada de otros tiempos, pero siempre dejando en claro que otros tiempos no rigen ahora. Y cuando te decidas a venir, traela, con su sonrisa chueca y su olor a vainilla. Con las manitas blancas y esa mirada que desafía a los más tenaces soñadores, a dejar de soñar. Quiero conocerla, juntar todo de ella. Resguardarlo en mis gavetas, mientras ustedes vivazmente lo acrecentan en el presente y forjan el camino para que el futuro llegue a él. Descubramos un nuevo para siempre, descubrilo hoy.
Atte. El Pasado> Toro