Y besar tu espalda por horas. Derrumbar las cadenas del pasado amenazante. Arrollar al presente con un dejo de desenfado aniñado. Enamorados.
Arrancarle nuestro futuro al destino. Tomarlo con ambas manos y reposarlo en tu pecho, para sorberlo lentamente y dibujar en tu rostro esa risa chueca y prolongada. Acariciar con suavidad extrema cada resquicio de tu piel. Recorrerla hasta reconocerme en ella y sentir que los cuerpos no tienen límite definido.
Perderme en tu vientre, no encontarrme jamás. Hundirme en un suspiro lento, respirar tu aliento, el oxígeno de mis deseos. Desearte como a nada. Nadar en cada herida cicatrizada, hacerlas mías.
Ser tuyo y mío, ser mío para darme completo. Ser tuyo para completarme.