Hemos hablado/leido/escrito/escuchado tanto del cruce entre la virtualidad y la realidad, que sería hipócrita no dar un espacio en este lugar a lo que sucedió la semana pasada.

No fue un encuentro casual, ni una tarde cualquiera. Elegimos quebrar el, otrora inquebrantable, límite de la tecnología. Ellos vinieron a baires con alguna que otra excusa en el bolso. De seguro tendrán ahora unas cuantas más para regresar algún día.
Nosotros nos conocíamos de algún encuentro en otros lares y con otras gentes, y en seguida pudimos estar a tono sin problema alguno.

Martim, Sherita, La Oruga y yo disfrutamos de un encuentro que supero cualquier expectativa. No solamente las colmó, sino que nos dejó con sabor a poco y promesas de repetición. Faltó BZL, por algún que otro inveniente que no la dejó llegar. Faltaron tantos otros que por distancia o diferentes motivos no pudieron estar. Pero claro que habrán otras veces, en las que todos puedan estar.

Hace tiempo perdí el temor a conocer "feis chu feis" a los denominados bloggers, sin embargo pocas veces me sentí tan en familia como ese Sabado.

Esta es mi forma de agradecerles por ser tal cual imaginé que serían, pero sobre todo para retribuir las hermosas palabras que supieron dedicarnos.
Les recomiendo ir a las noches de Shered a bañarse en su dulzura de estrellas, que además me promueve club de fans y me sonroja hablando de mi dulzura y belleza (?)(hay fotos). Y por supuesto entrar en lo del Orugo que me sorprendió gratamente y quien nos deleitó con terrible post (además de decirme galán). Si quieren divertirse vayan de Martim, un loco lindo que no se cansa nunca de generar risas, aunque sea burlándose de si mismo y sus agraciadas "desgracias" (y quien no me creyó, mi virginidad de bloggeras).