Querido Pasado:

Te escribo para pedirte, suplicarte o exigirte que me devuelvas una serie de cosas que con el paso del tiempo me has robado. En principio, que sepás, que no es esto un desacato, ni siquiera la resultante de una puja interna por recuperar mi propia identidad. Es esto el último intento desesperado por entender por qué me perdí en el torrente de aquel mar oscuro y espeso que se avistaba tentador y resultó ser tenebroso: el olvido...

El olvido no era lo que yo buscaba, no quice sumergirme en él. El buceo siempre se me dio bien, pero a ciertas profundidades no alcanzan las mascaras o antiparras para poder mantener mi vista depsejada. Se nubla. Se quiebra, se humedece de adentro hacia afuera. Se empañan los cristales, como se empaña la memoria cuando se añeja el dolor. Un snorkel superficial hubiese bastado. Probar el sabor del destierro de aquellos recuerdos. Pero ser desterrado? Eso duele, incluso más que el doping del Diego en el 94, creeme, ese te lo perdoné. Pero este no.

Te acordás de el muñeco de Pantro? Y el de Tigro? Y el camión de Las Tortugas Ninjas? Bueno esas cosas materiales te las regalo. Quedatelas, sin rencores, posta!
Sí macho, también quedate a He-Man, a Orco y a Battle-Cat. Las fiestas de cumpleaños en peloteros y bowlings. Los partidos en el patio gris y todos esos instantes que alimentan mi sonrisa. Pero eso no. Los ojos claros dejámelos. Okey, el color es todo tuyo, pero la mirada, esa sí, no la muestres loco, esa que vos y yo sabemos. Es un trato.

Qué querrías para dejarme aunque sea un segunda más el olor de su piel? Suena justo, guardalo rápido, antes de que me arrepienta. Al fin y al cabo, que es un gol de Zanetti en vivo y en directo en Bordeaux contra Inglaterra. Es poco? Y si le agregamos el penal del Polillita da Silva del 95 y mi primer beso?
A cambio dejame ese aroma intenso y agridulce. Capaz de estremecer cada una de mis neuronas, hundiéndome resignado en la nauseabunda sensación de la inconciente orgasmia generalizada.

Cotizan sus labios como mi camiseta zanella? Listo, hacemos un combo de productos de extrema necesidad. La remera a bastones auriazules, la Tango 78, la bici Aurorita roja, los botines número 34 y la carta que me escribió Guillermina en 6° grado. Sumale, y sólo porque soy un guacho generoso, el primer lento con Barbara, la mitad de mi viaje de egresados en Bariloche (sí, la marihuana también es tuya), la Yamaha amarilla que nunca perdió su encordado, la remera verde que fue negra con mi sangre, mi pilón de figuritas de Italia 90, las 5 primeras temporadas de Los Simpsons, las temporadas completas de La banda del Golden Rocket, Amigos son los amigos, Grande Pá y La Ola Verde. Todo eso a cambio de esos labios, de sus mejillas rosadas y tiernitas, de sus parpados hinchados. De las manos pequeñas y su pelo dorado.

Y si no es molestia buen servidor, dejeme decirle: Me deja quedarme por hoy con la imagen del amor que nos profesamos? Vale que sí?, andale, jugate un pleno conmigo y dejá que la tome por la espalda, como la tome cientos de millares de veces. Mirá, prestá atención, vas a ver como se arquea su figura cuando al sólo roce de mis yemas sus pezones se tensan. Observá como sonríe al sólo verme, como acto reflejo. Vamos guachín, te cambio el CD de La Isla de los Wittis, el chupetómetro de Balá, mis pañales de goma y la pelopincho verde del balcón de Austria. La curita que me cubrío la rodilla cuando caí por primera vez, no me jode lastimarme. Eso quería, veo que vas entendiendo. Es claro, no va a volver no? Por qué muere lo que parecía eterno? Sabés que hoy la vi? Y sabés que necesito que me la devuelvas man, que le hiciste? No ves que ya no es...

Y está bien que yo esté feliz por no sufrirla. Por no extrañarla, amarla y llorarla. Está bueno, poder ser libre, sentirme libre, no querer recuperar a quien no te corresponde. Es positivo abrirse a lo nuevo, al futuro, ese pebete de pelo a colores y piercings en la geta. Pero así y todo, con la resolución que me firmaste querido pasado, con esa que me declara libre de desamores, me siento vacío. Y no me gusta este gataflorismo eh!, claro que no, pero supongo que es lógico, logiquísimo, ponerme mal por estar bien no?...Bueno, si le encontrás la vuelta, te espero en el bar de siempre, en la mesa del fondo: El Presente, y no te olvides de traerla chaval, no vuaya ser cosa que se haya esfumado para siempre...o mejor sí...

Atte,
Toro