Me siento a su lado, me presento, no está bien, apenas sonríe, pálida, esquelética figura y apagadas neuronas, le ofrezco un café, me arrepiento, no soy un salvador, me retiro, tiemblo, sufro, no puede ser posible ayudarla, a ella, Daniela me dijo que era su nombre. De pronto se enciende la luz, es el sol me digo, pero no; es su voz, me penetra el deshilachado corazon, sudo, me doy la vuelta, la veo, tan frágil, tan serena, me dice:-Con leche....
Me descubro nuevamente, me sorprende su frescura, no era lo que yo pensaba, pero esta dormida aún, debo ayudarla, me descubro soberbio, quien pidió mi ayuda, quien soy yo para entrometer mis atormentados pensamientos en tan despreocupadas existencias, no importa, lo haré igual, hay un resquicio de clemencia en esa mujer, lo supe al verla en la salida de aquel antro de lujuria, pide a gritos q la liberen de su pesar, se que entenderá lo que le diga, pero se que no aceptara tan fácilmente, lo intentare, que mas da, debe haber hablado con cientos de locos esta noche, uno mas no perturbará su paz, su atribulado ser.
Pasan las horas, se me esta haciendo difícil entrarle, penetrar su conciencia no es tan sencillo, debo ser oportuno, junto valor, me siento bien, se que lo haré, no puedo esperar nada de ella, pero quien dice que no encuentre una persona capaz de abrirse a mis ideales?
Titubeo largos minutos, ella habla y se contesta, le freno, le sonrio, le hablo: Daniela, escuchame, no te enojes pero hay algo que tengo que decir, esta cambiando todo, o mejor dicho debemos hacer que cambie, como que quienes? Vos y yo, bah en realidad empieza de mi pero seguis vos y asi muchas Danielas mas se iran sumando a esta cadena, llamalo utópico quizas inentendible, es necesario, esa es la justa descripción.
Qué de qué te quiero salvar? Qué por qué te quiero ayudar? Qué quién me creo que soy?
Muchas preguntas, ensayo una tibia respuesta, de todo, le digo. Se rie, con ganas se rie, de mi? No deseo flaquear, no si llegue hasta aquí, insisto:-por favor solo escuchame. Accede, vuelvo a respirar. Trago saliva, odio hacerlo, no me gusta su amargo sabor, es egocéntrico tragar tu propia saliva, te sientes dueño de ella y no permites que otra persona la saboree, perdon me desvio, ese no es mi relato, es que me obsesiona el comportamiento egoísta del ser humano, aunque a veces reconozco equivocar mis focos y apuntar hacia direcciones extremadamente inauditas, como la saliva. En fin, la trago, derrocho palabras, me explico, me explico? No lo se, no parece entenderme, esforzate me digo, y lo hago, me apasiono, expongo mi pensamiento idealista, milagro!!
Me descubro nuevamente, me sorprende su frescura, no era lo que yo pensaba, pero esta dormida aún, debo ayudarla, me descubro soberbio, quien pidió mi ayuda, quien soy yo para entrometer mis atormentados pensamientos en tan despreocupadas existencias, no importa, lo haré igual, hay un resquicio de clemencia en esa mujer, lo supe al verla en la salida de aquel antro de lujuria, pide a gritos q la liberen de su pesar, se que entenderá lo que le diga, pero se que no aceptara tan fácilmente, lo intentare, que mas da, debe haber hablado con cientos de locos esta noche, uno mas no perturbará su paz, su atribulado ser.
Pasan las horas, se me esta haciendo difícil entrarle, penetrar su conciencia no es tan sencillo, debo ser oportuno, junto valor, me siento bien, se que lo haré, no puedo esperar nada de ella, pero quien dice que no encuentre una persona capaz de abrirse a mis ideales?
Titubeo largos minutos, ella habla y se contesta, le freno, le sonrio, le hablo: Daniela, escuchame, no te enojes pero hay algo que tengo que decir, esta cambiando todo, o mejor dicho debemos hacer que cambie, como que quienes? Vos y yo, bah en realidad empieza de mi pero seguis vos y asi muchas Danielas mas se iran sumando a esta cadena, llamalo utópico quizas inentendible, es necesario, esa es la justa descripción.
Qué de qué te quiero salvar? Qué por qué te quiero ayudar? Qué quién me creo que soy?
Muchas preguntas, ensayo una tibia respuesta, de todo, le digo. Se rie, con ganas se rie, de mi? No deseo flaquear, no si llegue hasta aquí, insisto:-por favor solo escuchame. Accede, vuelvo a respirar. Trago saliva, odio hacerlo, no me gusta su amargo sabor, es egocéntrico tragar tu propia saliva, te sientes dueño de ella y no permites que otra persona la saboree, perdon me desvio, ese no es mi relato, es que me obsesiona el comportamiento egoísta del ser humano, aunque a veces reconozco equivocar mis focos y apuntar hacia direcciones extremadamente inauditas, como la saliva. En fin, la trago, derrocho palabras, me explico, me explico? No lo se, no parece entenderme, esforzate me digo, y lo hago, me apasiono, expongo mi pensamiento idealista, milagro!!