Siempre digo que hay tres tipos de plículas: Las que te gustan, las que no, y las que te dan una descarga, o shock, del tamaño de la patada de un burro. Ser Digno de Ser es, sin dudas, del tercer tipo.

¿Qué sucede cuándo no basta con ser, sino qué se debe pertencer? ¿Qué significa pertenecer? Y, ¿por qué ser, a veces, no es suficiente para merecer? Existencia, pertenencia, y humanidad. Tres items demasiado grandes a priori, pero que quedan chiquititos ante tamaña película.

En Va, vis et deviens (título original), el director Radu Mihaileanu nos trae una historia especial, capaz de abarcar cuestiones filosóficas de alta gama sin perder por ello, el hilo conductor, el sentido y la dirección clara de un mensaje de altísimo valor ético. Mensaje que apunta directamente a la sensibilidad del ser humano. Este film se centra en la historia de vida de Schlomo, un niño Etíope, al que su madre "obliga" a hacerse pasar por judío durante la emigración de judíos etíopes hacia Israel(1984-1985), para garantizarle la posibilidad de una vida digna. Y a partir de allí, desde la primer escena en adelante, nos lleva por un mundo de preguntas, y vivencias que cuestionan cualquier creencia y prejuicio existente.

La condición de humanos por sobre todo, podría ser el título de esta joya del cine contemporáneo. En un mundo plagado de sinsentidos y guerras, en el cual valen más la individuación y su consecuente derecho, antes que la concepción del ser como social y la sociedad como resultante de la concatenación de nuestros actos individuales. En este tipo de mundos, decía, es menester la propagación de producciones artísticas de esta calaña. Capaces de despertar al mundo de su letargo incesante, o a los actores que componemos este mundo del que, muchas veces, no nos hacemos cargo.

Casi tres horas en las que ni siquiera miré el reloj. En tiempos donde nos acostumbramos al cine hollywoodense o "de diversión", no es poca cosa encontrarnos con películas de este tipo. Provocativas, crudas (sin golpes bajos), y bellas. Bellas en el sentido más amplio de la palabra, por estética, solidez actoral, y más que nada, por el mensaje. Verla, es hoy en día, una de las mejores maneras de hacer usufructo del tiempo libre, y del no tan libre. Están invitados.