...a vos que no lo vas a leer.

No te pasa a veces, muchas veces, que sentís a la vida como una escalera. Como si fuera un continuado de escalones, algunos más altos, otros más bajos. Escalones arduos y prolongados, y otros levemente marcados, efímeros. Y a pesar de que te empeñás en situarte en cada peldaño como si fuese el final de la carrera, no llegás nunca a sentirte a gusto y seguís avanzando. Un avance pausado, parejo, pero certero. Guiado por la incertidumbre, pero con la esperanza de que al terminar la escalera, llegás a la cima. Una cumbre difusa, hermosa, desde la cual te arrojás al abismo del que nunca volverás. Así siento mi vida respecto a vos. Como una interminable seguidilla de obstáculos. Que a pesar de mis intentos por disfrutarlos como si fuesen fines, no son más que medios y artilugios para llegar a vos. A vos que sos mi cima. A vos que sos mi abismo.