Cinco pasos hacia la derecha, dos al frente, giro de 90 grados y listo. Era sencillo, las instrucciones precisas y el camino conocido. No hubo caso. No pude salir del laberinto...

Update:
Encontré la salida, y al divisarla cercana y fácilmente transitable, no supe elegir. Quedarme en el seno de mi destrucción, y ser cómplice de mi propia implosión, o correr hacia un lugar donde no pudiese lastimare a mí mismo?
Y si luego quería regresar? Y si necesitaba volver atrás los pasos malandados y desatar la trama que forjaba un final de encierro claustrofóbico? Bueno, en tal caso, lo haría. Con solo volver a vos habría muerto en un suspiro ante tu violencia psicológica no? Y así por fin hubiese terminado con lo que yo mismo no podía terminar...
Di el paso inicial por el camino del progreso, pero uno es animal reaccionario, aún revolucioario. Pues si, mi intentona se topó con un típico susto conservador. Pero seguí avanzando, desconfiando en cada paso. Súbitamente, me vi envuelto en un escenario ambientado a la perfección para el momento. La calidez alejaba las dudas, que a su vez eran devueltas por la endeblez del suelo. Cada paso era una eternidad en sí misma, y me veía atado de por vida a cada una de ellas. Ahorita mismo estoy en una de esas raras e indefinibles, etéreas y a su vez tangibles realidades paralelas. Estoy esperando una señal, una mano quizá, un sonido, algo que me oriente hacia el próximo paso...